Basado
en Josué 22:11-34
DOS
DE LAS TRIBUS DE ISRAEL, Gad y Rubén, con la mitad de la tribu de Manasés,
habían recibido su heredad antes de cruzar el Jordán. Para un pueblo de
pastores, las anchas llanuras de las tierras altas y valiosos bosques de Galaad
y de Basán, que ofrecían extensos campos de pastoreo para sus rebaños y
manadas, tenían atractivos que no podían encontrarse en la propia Canaán; y las dos tribus y media, deseando
establecerse en esa región, se habían comprometido a proporcionar su cuota de
soldados armados para que acompañaran a sus hermanos al otro lado del Jordán y
participaran en todas sus batallas hasta que todos entraran en posesión de sus
respectivas heredades.
ESTA
OBLIGACIÓN Se Había Cumplido Fielmente. Cuando las diez tribus
entraron en Canaán, cuarenta mil de "los hijos de Rubén y los hijos de
Gad, y la media tribu de Manasés, ... armados a punto pasaron hacia la campiña
de Jericó delante de Jehová a la guerra." (Jos. 4:12,13).
DURANTE AÑOS habían luchado valientemente
al lado de sus hermanos.
AHORA había
llegado el momento en que habían de 555
entrar en la tierra de su posesión.
MIENTRAS
ACOMPAÑABAN A SUS HERMANOS EN LOS CONFLICTOS, también habían compartido los
despojos; y regresaron "con grandes riquezas, y con grande copia de
ganado, con plata, y con oro, y metal, y muchos vestido" (véase Josué 22),
todo lo cual debían compartir con los que se habían quedado al cuidado de las
familias y los rebaños.
IBAN A MORAR AHORA
a cierta distancia del santuario del Señor, y Josué presenció su partida con
corazón acongojado, pues sabía cuán fuertemente tentados se verían, en su vida
aislada y nómada, a adoptar las costumbres de las tribus paganas que moraban en
sus fronteras. MIENTRAS el animo de Josué y de otros jefes estaba
aun deprimido por presentimientos angustiosos, les llegaron noticias extrañas.
AL LADO DEL JORDÁN, cerca del sitio
donde Israel cruzó milagrosamente el río, las dos tribus y media habían erigido
un gran altar, parecido al altar de los holocaustos que se había erigido en
Silo. LA LEY DE DIOS PROHIBÍA, so
pena de muerte, el establecimiento de otro culto que el del santuario. SI TAL ERA EL OBJETO de ese altar, y se
le permitía subsistir, apartaría al pueblo de la verdadera fe.
LOS
REPRESENTANTES DEL PUEBLO se reunieron en Silo, y en el acaloramiento de
su excitación e indignación, propusieron declarar la guerra en seguida a los
transgresores. SIN EMBARGO, gracias
a la influencia de los más cautos, se resolvió mandar primeramente una
delegación para que obtuviera de las dos tribus y media una explicación de su
comportamiento. SE ESCOGIERON DIEZ
PRÍNCIPES, uno de cada tribu. ENCABEZABA
esta delegación Phinees, que se había distinguido por su celo en el asunto de
Peor.
LAS
DOS TRIBUS Y MEDIA habían cometido un error al llevar a cabo, sin explicación
alguna, un acto susceptible de tan graves sospechas.
LOS EMBAJADORES, dando
por sentado que sus hermanos eran culpables, les dirigieron reproches mordaces.
LOS ACUSARON de rebelarse contra
Dios, y los invitaron a recordar 556 cómo
habían caído castigos sobre Israel por haberse juntado con Baal- peor.
EN
NOMBRE DE TODO ISRAEL, Phinees manifestó a los hijos de Gad y de Rubén que
si no querían vivir en aquella tierra sin altar para el sacrificio, se les daba
la bienvenida para que participaran en los bienes y privilegios de sus hermanos
al otro lado del río.
EN
CONTESTACIÓN,
los acusados explicaron que el altar que habían erigido no era para ofrecer
sacrificios, sino sencillamente para atestiguar que, a pesar de estar separados
por el río, tenían la misma fe que sus hermanos de Canaán.
HABÍAN TEMIDO que en algún tiempo futuro podría suceder que sus
hijos fuesen excluídos del tabernáculo, como quienes no tuviesen parte en
Israel.
ENTONCES ESTE ALTAR, erigido
de conformidad con el modelo del altar de Jehová en Silo, atestiguaría que los
fundadores y constructores de él adoraban también al Dios viviente.
CON
GRAN REGOCIJO
los embajadores aceptaron esta explicación, y en seguida se volvieron para
llevar las buenas noticias a los que los habían enviado.
TODA IDEA DE GUERRA FUE DESECHADA, y el pueblo unido se regocijó y
alabó a Dios.
LOS
HIJOS DE GAD Y DE RUBÉN GRABARON entonces en su altar una inscripción que
indicaba el objeto para el cual había sido erigido; y dijeron: "Porque es
testimonio entre nosotros que Jehová es Dios." ASÍ PROCURARON evitar futuras interpretaciones erróneas y eliminar
cuanto pudiera ser causa de tentación.
¡CUÁN A MENUDO provienen serias dificultades de una
simple interpretación errónea, hasta entre aquellos que son guiados por los
móviles más dignos!
Y SIN EL EJERCICIO
DE LA CORTESÍA Y LA PACIENCIA,
¡Qué Resultados Tan Graves Y Aun Fatales Pueden
Sobrevenir!
LAS
DIEZ TRIBUS RECORDABAN cómo, en el caso de Acán, Dios había
reprendido la falta de vigilancia para descubrir los pecados que existían entre
ellas.
AHORA habían decidido obrar
rápida y seriamente; pero al tratar de evitar su primer error, habían llegado
al extremo opuesto.
EN VEZ DE HACER UNA INVESTIGACIÓN
CORTÉS para averiguar los hechos del 557 caso, se habían presentado a sus hermanos con censuras y
condenación.
SI LOS HOMBRES DE GAD Y DE
RUBÉN hubieran respondido animados del mismo espíritu, la guerra habría
sido el resultado.
SI BIEN ES IMPORTANTE, por un lado, que se
evite la indiferencia al tratar con el pecado, es igualmente importante, por
otro lado, que se eviten los juicios duros y las sospechas infundadas.
MUCHOS que son muy
sensibles a la menor crítica dirigida contra su propio comportamiento, dan, sin
embargo, un trato excesivamente severo a las personas a quienes consideran en
el error.
LA CENSURA Y EL OPROBIO
no lograron jamás rescatar a nadie de una opinión falsa, sino que más bien han
contribuido a alejar a muchos del camino recto, por haberlos inducido a
endurecer su corazón para no dejarse convencer.
UN ESPÍRITU BONDADOSO y un comportamiento cortés, afable y paciente
pueden salvar a los descarriados y ocultar una multitud de pecados.
LA
PRUDENCIA
manifestada por los hijos, de Rubén y sus compañeros es digna de imitación. EN TANTO que se esforzaban sinceramente
por hacer progresar la causa de la verdadera religión, fueron juzgados
erróneamente y censurados con severidad; pero no manifestaron resentimiento.
ESCUCHARON CON TODA CORTESÍA Y PACIENCIA
los cargos que sus hermanos les hacían, antes de tratar de defenderse, y luego
les explicaron ampliamente sus móviles y demostraron su inocencia.
ASÍ SE ARREGLÓ AMIGABLEMENTE La
Dificultad que amenazaba tener tan graves consecuencias.
AUN
CUANDO SE LOS ACUSE FALSAMENTE, los que están en lo justo pueden permitirse tener
calma y ser considerados. DIOS CONOCE
todo lo que los hombres no entienden o interpretan mal, y con toda confianza podemos
entregarle nuestro caso.
EL VINDICARÁ
la causa de los que depositan su confianza en él tan seguramente como sacó a
luz la culpa de Acán. LOS QUE SON
MOVIDOS por el espíritu de Cristo poseerán la caridad, que todo lo soporta
y es benigna.
DIOS
QUIERE
que haya unión y amor fraternal entre su pueblo. 558
EN LA ORACIÓN QUE ELEVÓ CRISTO precisamente antes de
su crucifixión pidió que sus discípulos fueran uno como él era uno con el
Padre, para que el mundo creyera que Dios le había enviado.
ESTA ORACIÓN CONMOVEDORA Y ADMIRABLE llegaba a través de los siglos hasta nuestros
días, pues sus, palabras fueron: "Mas no ruego solamente por éstos,
sino también por los que han de creer en mi por la palabra de ellos."
(Juan 17:20).
AUNQUE no hemos de
sacrificar un solo principio de la verdad, debemos procurar constantemente ese
estado de unidad.
ES LA EVIDENCIA de
nuestro carácter de discípulos de Jesús, pues él dijo: "En esto conocerán
todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros."
(Juan 13:35).
EL
APÓSTOL PEDRO EXHORTA A LA IGLESIA ASÍ: "Sed todos de un
mismo corazón, compasivos, amándoos fraternalmente, misericordiosos, amigables;
no volviendo mal por mal, ni maldición por maldición, sino antes por el
contrario, bendiciendo; sabiendo que vosotros sois llamados para que poseáis bendición
en herencia." (1 Ped 3:8,9). PP 555-558/EGW/MHP